POR FERNANDO BOTERO G.
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El informe preparado por siete profesionales con experiencia en ciencia política, antropología, periodismo, derecho penal y derechos humanos determinó que la policía colombiana es responsable de 11 de las 14 muertes de civiles porque “reaccionó de forma desproporcionada, ilegal y apartada del principio de humanidad, en la atención de las manifestaciones ciudadanas ocurridas en Bogotá y Soacha". Hubo una “masacre policial” en la que las autoridades políticas no tuvieron un mando efectivo sobre la Policía Nacional y Metropolitana, lo que hace responsable al gobierno local y nacional.
La alcaldesa Claudia López se pronunció: “Ofrezco perdón como ciudadana y como alcaldesa, por no haber podido prevenir que una tragedia semejante ocurriera. Todos nos equivocamos”.
Los manifestantes, en su mayoría jóvenes de estratos populares, fueron llamados por las diferentes autoridades políticas y de policía, e inclusive por la sociedad civil con un sinnúmero de epítetos que no tenían la intención de entender el mensaje de los jóvenes, por el contrario, intentaban ocultar su dimensión y deslegitimar la protesta, no los bajamos de terroristas, vándalos, delincuentes, desadaptados, drogadictos escoria…. Con los días, el pais entendió que la muerte de Javier Ordoñez solo fue el despertar y el Florero de Llorente de una juventud cansada de que viejos a los que nos falta menos, en años, por vivir, de lo que ellos han vivido, destrocemos su futuro, y de allí una generación en rebeldía, indignación, ira y frustración. Ellos, los jóvenes, solo quieren un país mejor que el que tienen ahora, y el que les tocó a sus padres.
Este informe de la ONU me recuerda lo acontecido en la comunidad de la natación bogotana, Liga de Natación de Bogotá, LNB, en julio de 2020, solo dos meses antes de esta protesta.
En julio de 2020 apareció una página en Instagram llamada “nadadoresLNB” y en su perfil se detallaba: “Somos un grupo de nadadores inconformes con algunas decisiones administrativas y directivas de la LNB”. En las publicaciones, estos jóvenes denunciaban hechos, para ellos anómalos, de los dirigentes de la Liga, contratistas, entrenadores, de un nadador de élite e inclusive de padres de familia.
Los comentarios sin argumentos, a estos posts, eran en su mayoría, utilizando lenguaje de confrontación y con el interés de deslegitimar las denuncias. Hasta un dirigente de la Liga en 2020 respondió con comentarios a las denuncias en términos que olvidaban que era dirigente LNB y no el dueño de uno de los Club afiliados a la Liga. Con los días estos jóvenes ampliaron su cobertura a Twitter y un correo electrónico de Gmail en el cual recibían quejas de la comunidad para hacer la denuncia pública.
Mi pensar inicial ponía esta página en cabeza de un entrenador con intereses particulares, por eso ante la duda entré en contacto con sus creadores con mensajes de Instagram y pude constatar que realmente eran nadadores jóvenes comprometidos e inconformes con la dirigencia de la LBN, existía un conflicto entre los intereses de la dirigencia local y las necesidades de los deportistas. Les tocaba a estos jóvenes deportista actuar ante la cobardía de nosotros los padres para defender sus intereses y necesidades en la natación, o actuar para concientizar a otros padres que teniendo hijos talentosos prefieren recibir dádivas para sus hijos en una natación de baja calidad a buscar una natación de alto nivel para todos, dejar de lado una natación en donde sus hijos son los mejores y de lejos pero que figuran con dificultad en el ámbito nacional y en el internacional van de paseo. Estos jóvenes se sentían sin futuro en el campo de la natación a pesar de años de esfuerzos económicos de sus padres, de sus entrenadores y la disciplina y privaciones de ellos.
Pasaron los días y las denuncias y comentarios iban y venían por Instagram, pero lo que más me llamó la atención fue la posición de los presidentes de los Clubes en el WhatsApp de presidentes de la Liga (muchos de esos comentarios me llegaban de dirigentes que no estaban de acuerdo con ellos pero callaban por temor), sí, el Órgano de Dirección de la Liga, y digo todos porque se peca por acción o por omisión, y mientras unos pocos hacían mensajes vergonzosos hacia estos jóvenes y otros pocos ponían emojis de respaldo, una mayoría guardaba silencio, lo cual los ponía de acuerdo; mensajes, inclusive de dirigentes que en ese entonces hacían parte del órgano de dirección y desde el 10 de abril de 2021 lo son del Órgano de Administración. Los mensajes: ¡Vándalos! ¡Terroristas! ¡Debemos denunciarlos a la Fiscalía! ¡Identificarlos y expulsarlos de la natación! Entre otros.
En el mes de marzo de 2021 habrá elecciones al Comité Ejecutivo, por lo que aquellos críticos a la gestión actual, tendrán la oportunidad de presentarse y de ser elegidos, poder tomar las medidas que consideren necesarias en pro de mejorar la natación en Bogotá. La polarización, la desinformación y la crítica destructiva no traen nada bueno para el futuro de nuestras diferentes modalidades
Se equivocaba en este párrafo el señor Jorge Sosa, acá quienes protestaban no eran los padres o entrenadores u otros dirigentes con interés de poder, eran los deportistas.
Tildar a la juventud que protesta de terrorista, vándala, delincuente no es un problema único de la natación, es de la sociedad colombiana, que ante la imposibilidad de dialogar o tender puentes por no perder beneficios, atacan. ¡Una sociedad enferma!.
Razón tenían estos jóvenes al mantenerse anónimos, un día borraron todas sus cuentas y desaparecieron, les mostramos como adultos, que quien denuncia es un peligro y lo eliminamos, son esponjas, así actuarán en el futuro.
P.D.: Los 109.000 COP de ficha FECNA es una pago muy alto para no recibir nada a cambio, los padres deberíamos pronunciarnos ante nuestras Ligas para mostrarle a la FECNA que este cobro es arbitrario y en nada ayuda a nuestros hijos, a la vez que esa póliza solo es una más, por ejemplo yo tengo tres.
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